En medio de un panorama mundial difícil en el que se habla de escasez de alimentos, cambio climático y explosión demográfica, Colombia tiene grandes ventajas si potencia su sector agrícola trabajando en la implementación de las nuevas tecnologías y mejoras en la infraestructura de investigación y producción.
Así lo plantean la Universidad Nacional de Colombia, CorpoGen y Colciencias en su más reciente libro “La biotecnología, motor de desarrollo para la Colombia de 2015”, texto que a través de una investigación profunda y minuciosa esboza el panorama actual del país con respecto a la implementación de la biotecnología: el estado actual, las ventajas y los retos de la aplicación de esta tecnología en el sector agrícola colombiano.
La conclusión principal de este trabajo de investigación -llevado a cabo durante más de dos años y apoyado por un grupo de expertos, asesores y analistas del sector tanto nacionales como extranjeros- es la necesidad y la capacidad que tiene Colombia de adoptar de manera más decidida la biotecnología para mejorar la competitividad del agro, pues aunque en la actualidad Colombia hace parte de los 23 países en el mundo que utilizan la biotecnología y cuenta con cultivos genéticamente modificados de algodón, clavel azul y maíz (en siembra controlada), su uso aún podría ampliarse significativamente no solo en el campo de la ingeniería genética sino también en otros campos de aplicación dentro de la biotecnología.
“Colombia necesita de la biotecnología para su desarrollo económico y social y cuenta con las capacidades para construir la experiencia y la calidad científica necesarias para crear sus propias tecnologías e incidir en ellas en el desarrollo industrial y en el nivel de vida de los habitantes”, afirma Juan Francisco Miranda, director de Conciencias.
La mayor productividad de las cosechas por mejoras en el rendimiento, el incremento en el valor nutritivo de los alimentos y la disminución en el costo de los mismos son las principales ventajas que se derivan del trabajo de cultivos con la biotecnología.
Por otra parte, resaltan que Colombia cuenta con grandes ventajas para ampliar su adopción de esta tecnología pues al ser un país rico en biodiversidad (actualmente el segundo después de Brasil) cuenta con los recursos genéticos necesarios para la investigación y el desarrollo de nuevos productos biotecnológicos en salud, alimentación humana y animal, cuyos beneficios se reflejarían en el aumento de la calidad de vida de los colombianos.
Adicional a esto, y a diferencia de lo que ocurre con otras tecnologías de punta, este estudio afirma que en biotecnología "el país cuenta con una importante tradición y una infraestructura de investigación básica, especialmente en los campos de la agricultura y la salud humana, que representan una fortaleza primordial a partir de la cual es posible levantar una mayor plataforma científica" .
Colombia ya cuenta con 138 grupos de investigación en biotecnología, de los cuales la gran mayoría pertenece a las universidades públicas del país. Actualmente existen grupos de investigación estructurados que se han ido fortaleciendo en términos de capacidad académica e infraestructura desde hace más de 10 años aunque, advierte el estudio, aún falta desarrollar más capacidad y vínculos más sólidos entre la industria y la investigación.
Los retos
Aunque existe capacidad científica y recursos genéticos de sobra para impulsar el avance de esta tecnología, calificada por el grupo de consultores de la Universidad Nacional de Colombia, CorpoGen y Colciencias como ‘motor de desarrollo para la Colombia del 2015’, el estudio resalta los principales retos que tendría el país en materia de adopción de la biotecnología.
Los autores afirman que aún falta apostarle de manera más decidida a superar la brecha científica y tecnológica frente a países industrializados, la incipiente capacidad empresarial en biotecnología y a la falta de incentivos para invertir en ésta.
La sinergia entre tecnología y decisión política (desarrollo de marco jurídico, buenas condiciones para los inversionistas, protección de la propiedad intelectual, entre otros) es otra de las piezas fundamentales para el desarrollo exitoso y eficiente de la biotecnología en un país que podría llegar a ser para 2015 una eficiente despensa agrícola nacional e internacional.
Varios productores, analistas, gremios y el gobierno Nacional también coinciden en que es una obligación superar el rezago de la infraestructura, ciencia y tecnología del país para aprovechar al máximo la oportunidad que la escasez de tierras y alimentos en el mundo abrió a los agricultores. Así lo expresaron en el pasado Foro sobre Crecimiento del Sector agropecuario realizado en la Universidad de los Andes.
Allí concluyeron que trabajar en la innovación tecnológica y en la creación de nuevos sistemas más sostenibles que mejoren la productividad a largo plazo en este sector se vislumbra como la mejor línea de ruta para que el país logre crecer económica y socialmente hacia el futuro.
Y es aquí, en este punto, donde los desarrollos en biotecnología agrícola pueden contribuir a la construcción del ‘campo del futuro’ colombiano: productivo, competitivo, que garantice la seguridad alimentaria de sus habitantes y que se convierta en un motor de desarrollo de la nación.
Así lo plantean la Universidad Nacional de Colombia, CorpoGen y Colciencias en su más reciente libro “La biotecnología, motor de desarrollo para la Colombia de 2015”, texto que a través de una investigación profunda y minuciosa esboza el panorama actual del país con respecto a la implementación de la biotecnología: el estado actual, las ventajas y los retos de la aplicación de esta tecnología en el sector agrícola colombiano.
La conclusión principal de este trabajo de investigación -llevado a cabo durante más de dos años y apoyado por un grupo de expertos, asesores y analistas del sector tanto nacionales como extranjeros- es la necesidad y la capacidad que tiene Colombia de adoptar de manera más decidida la biotecnología para mejorar la competitividad del agro, pues aunque en la actualidad Colombia hace parte de los 23 países en el mundo que utilizan la biotecnología y cuenta con cultivos genéticamente modificados de algodón, clavel azul y maíz (en siembra controlada), su uso aún podría ampliarse significativamente no solo en el campo de la ingeniería genética sino también en otros campos de aplicación dentro de la biotecnología.
“Colombia necesita de la biotecnología para su desarrollo económico y social y cuenta con las capacidades para construir la experiencia y la calidad científica necesarias para crear sus propias tecnologías e incidir en ellas en el desarrollo industrial y en el nivel de vida de los habitantes”, afirma Juan Francisco Miranda, director de Conciencias.
La mayor productividad de las cosechas por mejoras en el rendimiento, el incremento en el valor nutritivo de los alimentos y la disminución en el costo de los mismos son las principales ventajas que se derivan del trabajo de cultivos con la biotecnología.
Por otra parte, resaltan que Colombia cuenta con grandes ventajas para ampliar su adopción de esta tecnología pues al ser un país rico en biodiversidad (actualmente el segundo después de Brasil) cuenta con los recursos genéticos necesarios para la investigación y el desarrollo de nuevos productos biotecnológicos en salud, alimentación humana y animal, cuyos beneficios se reflejarían en el aumento de la calidad de vida de los colombianos.
Adicional a esto, y a diferencia de lo que ocurre con otras tecnologías de punta, este estudio afirma que en biotecnología "el país cuenta con una importante tradición y una infraestructura de investigación básica, especialmente en los campos de la agricultura y la salud humana, que representan una fortaleza primordial a partir de la cual es posible levantar una mayor plataforma científica" .
Colombia ya cuenta con 138 grupos de investigación en biotecnología, de los cuales la gran mayoría pertenece a las universidades públicas del país. Actualmente existen grupos de investigación estructurados que se han ido fortaleciendo en términos de capacidad académica e infraestructura desde hace más de 10 años aunque, advierte el estudio, aún falta desarrollar más capacidad y vínculos más sólidos entre la industria y la investigación.
Los retos
Aunque existe capacidad científica y recursos genéticos de sobra para impulsar el avance de esta tecnología, calificada por el grupo de consultores de la Universidad Nacional de Colombia, CorpoGen y Colciencias como ‘motor de desarrollo para la Colombia del 2015’, el estudio resalta los principales retos que tendría el país en materia de adopción de la biotecnología.
Los autores afirman que aún falta apostarle de manera más decidida a superar la brecha científica y tecnológica frente a países industrializados, la incipiente capacidad empresarial en biotecnología y a la falta de incentivos para invertir en ésta.
La sinergia entre tecnología y decisión política (desarrollo de marco jurídico, buenas condiciones para los inversionistas, protección de la propiedad intelectual, entre otros) es otra de las piezas fundamentales para el desarrollo exitoso y eficiente de la biotecnología en un país que podría llegar a ser para 2015 una eficiente despensa agrícola nacional e internacional.
Varios productores, analistas, gremios y el gobierno Nacional también coinciden en que es una obligación superar el rezago de la infraestructura, ciencia y tecnología del país para aprovechar al máximo la oportunidad que la escasez de tierras y alimentos en el mundo abrió a los agricultores. Así lo expresaron en el pasado Foro sobre Crecimiento del Sector agropecuario realizado en la Universidad de los Andes.
Allí concluyeron que trabajar en la innovación tecnológica y en la creación de nuevos sistemas más sostenibles que mejoren la productividad a largo plazo en este sector se vislumbra como la mejor línea de ruta para que el país logre crecer económica y socialmente hacia el futuro.
Y es aquí, en este punto, donde los desarrollos en biotecnología agrícola pueden contribuir a la construcción del ‘campo del futuro’ colombiano: productivo, competitivo, que garantice la seguridad alimentaria de sus habitantes y que se convierta en un motor de desarrollo de la nación.
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